sábado, 28 de agosto de 2010

La Vega del Rio Bayamo



RECUERDOS DE MI NIÑEZ: EL RIO Y LA VEGA DEL RIO


Entre los recuerdos que atesoramos de la niñez nos viene a la mente el río de Bayamo, la vega del río Bayamo, la ceiba, la ceibita, la algarroba, la peñita, el paso de las gomas, la barranca del río detrás de la Iglesia Mayor, el bote que cruzaba a los empleados para la fábrica de quesos y mantequilla La Hacienda, la chorrera, el desvío, el lavadero de carros debajo del puente de la carretera de Bayamo a Manzanillo, ver saltar los hombres y muchachos desde el puente de hacia el río, verlos saltar desde el puente del ferrocarril hacia río, el recodo detrás del edificio de Pedro Iglesias, la estancia de los chinos detrás del Colegio Divina Pastora, los cimientos de la Warren cerca de La ceibita, la bajada del río de la calle Masó por donde desembocaban las aguas del Matadero Municipal, el camino a la ceiba lleno de arbustos de piñones, balsamillo o cundiamor y achiote, la mata de mangos a 100 metros de la ceibita donde poníamos la antena de nuestro radio galena, para escuchar las estaciones de radio locales o provinciales y degustar los deliciosos mangos a la orilla del río, o aventurarnos más y subir hasta la islita y venir con un cargamento de guayabas rojas para preparar un dulce de guayaba, o una jalea en barra, o en una tórrida mañana de temporal o ciclón ir hasta La bajada del desvío y ver como el río arrastraba casas, matas, reses, puercos y personas, y subía con una furia espantosa hasta cubrir con un mar de aguas sucias todo el vasto imperio que hemos descrito, desde allí también veíamos como el salto de agua del Guamá se destacaba en la distancia con un hilo de plata que hacia desbordar los ríos Bayamo y Guisa para limpiar las vegas y llenarlas con un manto nuevo de fertilidad, así era la furia de nuestros ríos, y tan apacibles que los veíamos en los tiempos de seca.

UN POCO DE HISTORIA DE NUESTROS RIOS

Bayamo: Río de la vertiente sur, nace al pie de un estribo de la Sierra Maestra, afluente del Cauto. Su desagüe en el Cauto se realiza un poco más abajo del lugar en donde lo hace el Cautillo.

Guamá: Río afluente del Bayamo, que nace en la Sierra Maestra. Se desprende de gran altura, formando el salto llamado Chorreón del Guamá.

Guisa: Principal afluente del río Guamá, que a su vez lo es del Bayamo. Nace en la loma de la Esperanza, estribación de la Sierra Maestra, y corre hacia el norte, regando haciendas y fincas hasta su afluente. Pasa rozando la falda de la sierra de su mismo nombre.

Como podemos ver, el río Bayamo tiene una extensión aproximada de 87 kilómetros y en su recorrido es alimentado por diversos ríos y arroyos, en esa época de 1950 el río Bayamo tenía un gran caudal de aguas que lo mantenía limpio y en constante movimiento.

MI PRIMER RECUERDO DEL RIO

El primer recuerdo que tengo del río fue cuando mi hermano Santos, me llevo a bañarnos un día allí, sería un día de mucho calor y los chicos del barrio salimos en comparsa junto a los mayores hacia el paso de las gomas o la bajada de la calle Corojo (luego Adriana del Castillo), en realidad este lugar era bueno, era el lugar preferido de las lavanderas de Bayamo para lavar sus ropas, era una chorrera baja y sin mayores problemas, allí también se lavaban los carros, pues en Bayamo no existían todavía los car-wash (época de 1946 a 1947) y el tiempo que pasamos allí fue fabuloso, al regreso mi hermano me dijo, no digas que fuimos al río, y yo pregunté, ¿esto del río, a los de calle se les puede decir?, y mi hermano me dijo si pero a los de la casa no. Esto me lo decía para que no dijera nada en la casa, ya que en la casa no nos permitían ir al río. Como yo no entendía muy bien todavía lo que me había dicho le dije, ¿pero a los de la calle se les puede decir?, sí a los de la calle si se les puede decir, me dijo mi hermano. A la hora de la comida yo dije en medio de la mesa, yo sé algo que a los de la calle se les puede decir pero a los de la casa no. Parece que nadie me escuchó. Y entonces yo lo repetí con más fuerza mirando hacia mi hermano Santos que ya estaba saliendo de la casa a todo correr como alma que lleva el Diablo. Fue entonces que mi mamá me apretó los brazos y me dijo que es lo que tú sabes que a los de la calle se le puede decir pero a los de la casa no, y entonces yo inocentemente le dije: que fuimos al río. Demás está decir que la pela o el castigo se lo dieron a mi hermano Santos cuando regresó a la casa.

La otra vez que recuerdo haber estado en el río fue con otros amigos y al estarme bañando sentí un fuerte dolor en el pie. Cuando lo levanté vi que estaba manando sangre del dedo grueso del pie derecho, casi cercenado por el fondo de una botella rota en el río. Recuerdo que me llevaron a la Casa de Socorros de la Calle Pío Rosado, allí me cosieron el dedo con 4 puntos de metal que me dolieron más que la propia herida. Al otro día ya estaba volando en fiebre y mi mamá me llevó a la consulta del Doctor Salustiano Leiva Burgos, éste me quito los puntos, me aplicó un antibiótico y me dejó que la herida sanara sin puntos. Recuerdo haber estado como dos semanas sin ponerme zapatos.

LA VEGA DEL RIO

La vega del río era toda una vasta extensión que había en las dos orillas del río, y allí había árboles frutales de todo tipo, principalmente guayabas, mangos, naranjas, limones, anoncillos y una gran variedad de árboles que se mantenían en la vega. Allí también era donde los cocheros y carretoneros llevaban a pastar sus bestias y también había vacas de algunos vecinos de la zona. Los Boy Scouts usábamos la vega del río como lugar de entrenamiento y en sus predios hacíamos campamentos nocturnos los sábados donde permanecíamos haciendo fogatas y entonando himnos hasta que ya llegaba la hora de dormir en nuestras casas de campaña.

LA CEIBA

La ceiba era posiblemente lo que nuestros ancestros llamaran el árbol del Bayam, un árbol simbólico por el cual nuestro pueblo toma su nombre según algunas leyendas, era un árbol milenario según tengo entendido, muy frondoso y sus semillas se esparcían por medio de un copo de algodón a kilómetros de distancia según las llevara el viento. Varias personas no podían abarcar su tronco en derredor y en sus raíces y tronco muchas personas practicaban ritos de santería o de magia negra, dejando muchas veces sus óvulos que otras personas con menos creencias sustraían. Estar a la sombra de la ceiba era algo sorprendente se respiraba, paz, armonía, tranquilidad, además se podía contemplar la majestuosidad de nuestro río Bayamo pues allí precisamente hacia el río su recodo. Producto de los fuegos que se le prendían en su tronco para realizar trabajos de santería este milenario árbol se vino abajo en la década del 1970.

LA CEIBITA

La ceibita estaba situada como a 300 metros de la Ceiba Mayor, era el lugar de reuniones de la Tropa numero 3 de los Boy Scouts de Bayamo, todos los sábados al medio día levantábamos el campamento en ese lugar y desde la ceibita hasta la mata de mangos extendíamos la antena de un radio Galena o un radio de Germanios, también allí hacíamos los ejercicios de nudos, salvamentos, primeros auxilios y cuanto se le pudiera enseñar a un chico para que en el futuro se convirtiera en un hombre de bien. También recolectábamos la leña para la fogata de por la noche donde siempre entonábamos cánticos de alabanzas e himnos de victoria; también en el medio de la fogata se hacían escenificaciones artísticas, o actos relacionados con el campamento, se preparaba la cocina y la comida para todos los presentes, el agua se traía del río que estaba como a 300 metros de distancia en cubos de lona, los baños eran en el río en la famosa peñita donde yo di mis primeras clases de natación obligatoria.

LA ALGARROBA

La algarroba era un árbol que estaba en un recodo como a 300 metros del desvió, era una árbol bien grande y de sus raíces los chicos nos tirábamos hacia el río directamente a una posa de mansas aguas, también desde sus ramas se extendía una soga que servía de trapecio para que nos tiráramos al río, su sombra hacia de este lugar un refugio para muchas personas que venían a disfrutar de sus aguas en días de calor. Cuando yo salí de Cuba en 1980 todavía este árbol era famoso entre los bañistas de Bayamo.

LA PEÑITA

La peñita se encontraba casi frente a la ceiba en medio del río, era un montículo de granito de aproximadamente dos metros de alto sobre el agua y por la parte de atrás se llegaba fácilmente, al frente tenía una olla de tres metros de profundidad pero también tenía un remolino de aguas lo cual resultaba peligroso para los que no sabían nadar. Cuando se salía de la olla y del remolino venía una chorrera por lo cual el bañista salía sin problemas, el remolino se formaba al pasar el agua por las paredes de la peña y formar un embudo en la salida.

También había otra peñita en la barranca del río detrás de la Iglesia Mayor de similares proporciones a la anterior en esta peñita se daban premios cuando las famosas fiestas de Reyes a los nadadores o clavadistas que desde allí se tiraban.

EL PASO DE LAS GOMAS

El paso de las gomas era más que nada un paso a nivel del río donde pasaban los camiones y autos rumbo a La Hacienda por un camino vecinal, era una chorrera de piedras y el nivel de aguas era muy bajo se usaba mucho también para limpiar autos y camiones pues en esa época en Bayamo no existían lugares para limpiar los carros y sólo el río se ocupaba de realizar ese trabajo, luego sí existieron garajes dedicados a la limpieza a presión de los carros por debajo y esta práctica de lavar carros en el río fue desapareciendo. En el paso de las gomas también llegaban las lavanderas bien temprano a lavar ropas que les encargaban y eran tendidas sobre las matas y arbustos al ardiente sol que de inmediato las secaba. Yo recuerdo haber usado el paso de las gomas infinidad de veces para ir a La Hacienda en bicicleta a buscar la leche que de la casa de Belkis Borges nos proporcionaban.

LA BARRANCA DEL RIO DETRAS DE LA IGLESIA MAYOR

Esta barranca hoy le llaman el Malecón de Bayamo, pero antiguamente se le conocía como Barranca de la Lisana. Yo recuerdo muchas veces haber bajado por sus estrechos e inclinados caminos hasta la orilla del río. Allí también se cogía el bote que por 5 centavos nos cruzaba el río hacia La Hacienda, el regreso siempre era de gratis sólo se cobraba una ida, la profundidad del río en esta parte era considerable.

LA CHORRERA

En el río había varias que eran usadas por los bañistas pues era el lugar ideal para refrescar, si usted era poseedor de un cubo de mangos toledos puede decirse que pasaba el mejor momento de su vida comiendo mangos en una chorrera del río Bayamo.

NOTA ACLARATORIA

Cabe destacar que en Bayamo y en muchas ciudades de Cuba se daba en los meses de junio, julio y agosto las tardes de los martes y de los jueves como tardes de verano o Jornada de Verano, a todos los empleados del comercio y del sector publico pagadas para apaciguar en algo los calores provocados en esos meses, recuerden también que no existían todavía los aires acondicionados, estos empleados por lo regular formaban sus grupos en algún lugar del río haciéndose muy popular el desvío.

EL DESVIO

A raíz de la demolición del puente de la carretera de Bayamo a Manzanillo, que era una armazón de hierro de una sola vía, para construir un nuevo puente de concreto de dos vías, se construye el puente del desvío y la carretera que lo une a la carretera de Manzanillo. Primeramente fue una estructura de madera de una sola vía, pero que daba el servicio necesario, además acortaba el viaje en 8 kilómetros por lo que tuvo una gran acogida, este puente era provisional mientras se construía el nuevo puente Bayamo a Manzanillo, sin embargo este desvío tuvo que ser ampliado y mantenerse en servicio pues así lo requerían las nuevas inversiones, en el desvío se comenzaron a dar fiestas y chapuzones y los lugares de recreo llegaron hasta la algarroba o se ampliaron mas por toda la orilla hasta la atura de la calle Masó que tenía una bajada, en lo que fueron los cimientos de la Warren se levantó un motel con muchas comodidades para los usuarios. Pero un día comenzó a llover y no paraba, y el río comenzó a crecer, todo quedo hecho un mar de aguas, la carretera fue cortada en varias partes, el motel desapareció, sin embargo los cimientos de la Warren allí están firmes, sin moverse, 80 años han pasado y se mantienen, el desvío tuvo que ser reconstruido, pues el nuevo puente de la carretera de Bayamo a Manzanillo sufrió el embate de la crecida del río y tuvo que ser demolido nuevamente, ya hoy todo ha cambiado pero todavía mantenemos el recuerdo de aquel desvío de palos de madera enterrados en el lecho del río.

OTRO LAVADERO DE CARROS

Otro lavadero de carros que recuerdo es el que estaba debajo del puente de la carretera de Bayamo a Manzanillo, pues era una parte baja del río y era fácil llegar a ese lugar por medio de un terraplén que había a un costado de la carretera, desde allí podíamos observar cómo se tiraban los expertos nadadores desde el puente hacia el río que tenía una gran profundidad, también se tiraban del puente del ferrocarril en momentos en que pasaba el tren a manera de un espectáculo. Según me cuentan muchos de estos nadadores se tiraban cuando les tiraban dinero en plata al río y ellos lo recuperaban del fondo del río.

EL RECODO

En realidad es una parte muy linda y una vista hermosa que se veía desde el edificio de Pedro Iglesias. Desde El Recodo del río Bayamo allí se contemplaba la ceiba y toda la vega del río Bayamo.

LA ESTANCIA DE LOS CHINOS

Si en algo tenemos que agradecer los cubanos a la inmigración de los chinos en Cuba es precisamente la constancia del trabajo desarrollado en las estancias y hortalizas de cada pueblo, en Bayamo teníamos varias, pero hoy me voy a referir a la que estaba en la vega del río, precisamente detrás del Colegio Divina Pastora o Escuela de las Monjas, bajo la sombra de la ceiba se extendía una de las hortalizas más grandes de la zona, en canteros perfectamente delineados y muy bien cuidados, crecían las más variadas legumbres, cebollas, ajos, espinacas, zanahorias, lechugas, nabos, acelgas, rábanos, repollos, tomates, ajíes, pepinos, calabazas, en fin todo cuanto nosotros pudiéramos imaginar para la cocina estaba allí sembrado y al otro día muy temprano lo teníamos frente a nuestra puerta, todo esto procedente de la milenaria tierra del Asia y regado con las aguas de nuestro río Bayamo. Cabe destacar que esta hortaliza no desaparecía con las crecidas del río pues estaba en una parte alta de la vega del río a donde las aguas casi nunca llegaban.

EL MATADERO MUNICIPAL

Muchas veces antes de entrar a la escuela que estaba en el edificio del Cuartel de Bomberos, (yo no sé por qué motivos fui a dar yo a esa escuela) nos íbamos un grupo de alumnos al Matadero Municipal que estaba en la calle Máximo Gómez y Masó a una cuadra de distancia para ver matar las vacas, en realidad era un acto repugnante que no volví a ver, pero lo que les iba a contar era el desagüe del matadero, iba directo al río por una zanja paralela al camino de la ceiba, era una zanja descubierta y se veía como la sangre y excrementos de las vacas viajaban en las aguas sucias que salían del matadero, todo aquello caía en el río que desde mucho antes ya comenzaba a cargar desperdicios y hacían del río un lugar insalubre. También en la bajada de la calle Masó o barranca de la Luz como se le conocía antiguamente, había un desagüe que descargaba aguas sucias de la ciudad y que también iban a dar al río, igual ocurría con el desagüe de La Guariana, donde miles de galones de aguas sucias se descargaban por minuto, de túneles y tubos soterrados en las calles Pío Rosado, Zenea, Avenida de Castro y otras calles más, lo más trágico fue cuando el Hospital Carlos Manuel de Céspedes Descargaba sus desechos y aguas negras en el arroyo Manegua antes de llegar a la estación de bombeo de agua de la ciudad de Bayamo que estaba al final de calle General García y Bayamo sufre una de la epidemias más graves de fiebre tifoideas que se tiene noticia en la Historia, según hemos visto ya todo se ha solucionado. Estaciones de bombeo se encargan de llevar estas aguas a lagunas de Oxidación como las del Hospital Carlos Manuel de Céspedes, y las demás están siendo tratadas para que el río Bayamo sea nuevamente un río limpio y sin riesgo de enfermedades.

Según hemos leído en la actualidad Bayamo se surte de pozos de agua que están en el Almirante y desde allí el agua es bombeada directamente a la población.

También el río Bayamo ha sido saneado y los bañistas gozan de un lugar para refrescarse llamado el Chapuzón donde pueden adquirir comidas y bebidas.

Otra estación de bombeo que sacaba el agua del río Bayamo era la de la Compañía Nacional de Alimentos o Fabrica Nestlé la que contaba con un sistema de tratamiento y purificación de aguas para su consumo y un sistema de tratamiento de aguas negras para ser vertidas en el río nuevamente, de modo que las aguas que se vertían por parte de la Nestlé no contaminaban el río Bayamo.

LA ISLITA

Para llegar a la islita había que subir por la orilla del río hasta lo que es conocido hoy día por la Lavadora de Arena, también se podía ir por la parte de arriba del barrancón, cuando se iba a la islita se llevaban sacos para traerlos cargados de guayabas rojas, ese era el motivo del viaje a la islita donde había miles de matas de guayaba, jugosas, tiernas, dulces, apetitosas, cargábamos la cantidad que podíamos traer ya que era difícil cargar más de la cuenta, a veces salíamos al camino del almirante para ver si había algún carro que nos trajera al centro del pueblo, de esa forma el viaje era más llevadero, en realidad la islita era un paraíso. Los Boy Scouts muchas veces acampábamos allí en excursiones que hacíamos semanalmente pues no siempre era en la ceibita, donde hacíamos el campamento, muchas veces variábamos y en ocasiones el viaje lo iniciábamos el viernes en la tarde cuando nos íbamos hasta las cuevas de Santa Bárbara. Las guayabas que traíamos las convertíamos en cascos de guayaba, en mermelada y en jalea que es la popular mecha, todo eso lo hacíamos nosotros mismos los muchachos, quizás asesorados por algún mayor en la casa de Andrés Estrada que era el jefe de la Patrulla Tigre de los Boy Scouts o también en mi casa donde había facilidades para hacerlo, estas guayabas rojas eran el producto de nuestro río Bayamo.

Miles de recuerdos más tengo en mi mente, pero sería imposible ponerlos en una noche, cuantos recuerdos tengo de mi río, de ese río caudaloso y profundo que conocí, donde también llevaba a mi hijo William para que tirara piedras en el río y donde un día antes de salir de Cuba depositamos una jicotea que era su mascota y que tal vez si no se la ha llevado una creciente todavía este esperando nuestro regreso.



Pastor Hipólito Román Borges

romanpastor@hotmail.com

north bergen julio 31 2010

hipolito-2010-07-31-11-56-00

1 comentario:

  1. Muy buen trabajo amigo Hipolito, me trajo a la memoria buenos recuerdos.

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