jueves, 8 de abril de 2010

Volcán Irazú



País, Costa Rica

Objetivo, Volcán Irazú

Fecha, Diciembre 12 de 1980

Su nombre, Fernando Chavarría, era una persona muy alegre, y ocupaba un buen puesto en la compañía Toshiba donde se fabricaban para Centroamérica muchos productos electrónicos, tenía un carro Mazda que estaba a mi disposición cuando lo quisiera, también tenía una moto Honda de paseo muy elegante y una moto Kawasaki, un poco abandonada a la merced de las condiciones climatológicas, le hice ver que esa moto era buena y que la podía poner en funcionamiento pues se veía en magnificas condiciones, su respuesta fue, llévatela y ponla a funcionar acá tienes un casco y es tuya, para mi criterio hacer esto era un gesto de desprendimiento de su parte, me di cuenta que había llegado a un país en que las cosas cuando no tienen uso son desechadas o abandonadas, inmediatamente y con mis conocimientos de mecánica la moto arrancaba a la primera patada, me parecía maravilloso que un motor funcionara de esa forma luego de estar abandonado por meses, como era diestro en el manejo de motores me fue fácil recorrer las calles de Guadalupe y San José en aquel motor, respondía muy bien a la aceleración, y me maravillaba pasar entre los carros a buena velocidad, la moto era del tipo de moto-cross, de un color amarillo inconfundible pero se portaba maravillosamente bien.

Nuestra amistad fue creciendo, y a él le gustaba tomar fotos, y esa era precisamente mi profesión, el vio como reparaba equipos fotográficos que me traían los clientes que ya había conseguido, y se asombraba de ver nuestra hospitalidad con los paisanos cubanos que llegaban a Costa Rica, en la cochera (garage) de mi casa había una moto, que ya me serbia para desplazarme por las calles de aquel país centroamericano.

El día 31 de diciembre no pasaría desapercibido para nosotros, fuimos invitados a pasar el fin de año en su casa, con su familia, y celebrarlo al estilo tico, (expresión de costarricense), la fiesta se extendió hasta las 2 de la madrugada, a esa hora se empaqueto todo en los carros de la familia y también fuimos invitados a recibir el día en la cima del Volcán Irazú, mi esposa no quiso acompañarnos y por ende mis hijos tampoco fueron.

No podía despreciar aquella invitación, cuando sabía que saldría por Costa Rica lo primero que hice fue sacar un viejo mapa de la compañía Esso, (así su nombre en los años 50) y ver que el punto de interés de Costa Rica era el Volcán Irazú, y me propuse visitarlo algún día, mi oportunidad estaba a solo minutos de cumplirse, cámaras en mano, y ansioso por ver lo desconocido salimos hacia la autopista de Cartago, luego la carretera al Volcán Irazú, todo estaba obscuro, serian como las 3.30 de la mañana cuando llegamos a la cima del volcán, yo no veía nada por ningún lugar y solo escuchaba voces lejanas que se repetían, con ayuda de unas linternas caminamos un poco y tomamos posesión de unos bancos de campismo, el desayuno se estaba calentando en un fogón de piedra que ya ardía, pues todos los miembros de la familia sabían lo que tenían que hacer, yo solo observaba y tomaba fotos, sabía que algo iba a ocurrir en cualquier momento pero la obscuridad era total, un frio intenso nos envolvía, la temperatura estaba por debajo de los 5 grados centígrados y las gotas de rocío sobre el carro ya se habían congelado, pensé que estaba en un lugar equivocado, yo podía estar durmiendo cómodamente en el calor de mi hogar cuando de pronto todos empezaron a gritar y a mirar hacia el Este, allá, en el horizonte, la silueta de nuestro Astro Rey comenzaba a brillar, al principio muy despacio y tenue, la salida del sol más hermosa de mi vida la estaba contemplando a 4,850 metros de altura, la curvatura de la tierra era visible en el horizonte y nuestra sombra se empezaba a proyectar a 1,600 metros de distancia, en la otra pared de la caldera del volcán, ya no miraban la salida del sol, ahora mirábamos la entrada de la luz solar dentro del cráter de 1,600 metros de ancho y 3000 metros de profundidad, para mí era algo asombroso, nunca imaginado, nunca visto, las nubes que cubrían el volcán cuando llegamos, comenzaban a desaparecer, para dar paso a la luz solar, la niebla se disipaba, y entonces contemplábamos la obra de la naturaleza ya en estado de tranquilidad, vimos como una olla o caldera gigante, algo inmenso, algo indescriptible, el volcán estaba apagado y no tenia actividad volcánica, las paredes bajaban casi perpendicularmente y por primera vez me sentí trasplantado a un paisaje lunar..

Ya era de día en la cima del volcán, sin embargo cuando mirábamos hacia abajo podíamos contemplar las sombras de la noche en el valle de San José, también me di cuenta que no estábamos solos, cientos de otras familias se habían reunido para celebrar el inicio del año en la cima del volcán, después de contemplar las maravillas de la naturaleza, nos deleitamos con un típico desayuno costarricense compuesto de arroz con frijoles, huevos duros, carne ripiada, plátanos verdes hervidos, y muchas cosas de la cocina tica, luego de un suculento desayuno comenzamos la bajada a las profundidades del volcán, allí en el centro de la caldera, tome las fotos dentro de un volcán, desde el fondo podíamos contemplar algunas estrellas que brillaban en el firmamento aun con la luz del día.

Serian ya aproximadamente las 11 de la mañana cuando llegamos a la cima de nuevo y volvimos a contemplar la inmensidad del horizonte, recogimos nuestras pertenencias, y regresamos de nuevo a la ciudad de San José por una carretera que a la luz del día nos parecía extremadamente peligrosa, se había cumplido otro sueño en mi vida, habíamos llegado a una meta, comenzaba un nuevo punto de partida.

romanpastor@hotmail.com
Pastor Hipólito Román Borges
hipolito-2004-03-17-02-20-00
Volcán Irazú
=

No hay comentarios:

Publicar un comentario